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Universidad del Claustro de Sor Juana

Universidad del Claustro de Sor Juana

José María Izazaga 92, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06080 Ciudad de México, CDMX, México

Sobre nosotros


Con ideales bien definidos a través de su lema Saber para valorar, valorar para elegir, la Universidad del Claustro de Sor Juana tiene como objetivo fundamental la formación de universitarios, capaces de reflexionar, desarrollar y transmitir conocimientos con una actitud crítica y un profundo compromiso social y ético. La Universidad del Claustro de Sor Juana es una asociación civil sin fines de lucro, fundada en 1975. Por decreto presidencial le fue otorgado el privilegio de ocupar el ex convento de San Jerónimo, noble e histórico edificio cuyos muros supieron alojar la extraordinaria personalidad de Sor Juana Inés de la Cruz. El edificio del ex convento de San Jerónimo es el ámbito natural para la realización de una tarea universitaria que conjuga presente y pasado, novedad y tradición, ciencia y sapiencia, técnica y humanismo. Nuestra Institución tiene la peculiaridad de no tener más compromiso que el de construir día con día una universidad auténtica, sin ataduras ideológicas o económicas, sin compromisos con el gobierno, alguna iglesia, algún partido político o empresa privada. Los beneficios de esta autonomía, de esta independencia, reditúan en el quehacer desinteresado en el que nos empeñamos cotidianamente. En la Universidad del Claustro de Sor Juana, la docencia, la investigación, la difusión y promoción de la cultura, las tareas de educación continua y los programas de apoyo comunitario, se llevan a cabo bajo el signo principal del humanismo, el amor a la patria y a la cultura, y el compromiso radical con la excelencia académica. La Universidad del Claustro de Sor Juana se ha empeñado en construir un espacio donde la libertad y la interrogación se desplieguen, donde se dé el diálogo sin dobles intenciones, sin afán de dominio, donde se elimine la arbitrariedad y se trabaje a favor de la dignidad del ser humano y el derecho a la diferencia, donde el llamado al propio ser se cumpla en libertad, donde se puedan gestar los ímpetus y las capacidades de cada quien de manera ética, plena, creativa, responsable y libre; donde la dignidad de la persona sea la medida de todas las acciones, de todas las formas de praxis; donde se impida todo acto que rebaje, anule, debilite, disminuya o destruya lo que el ser humano es; donde el saber se busque por amor y no para dominar el mundo o a los otros; donde el ser formado se libere de las actitudes interesadas que genera la dependencia de la necesidad; donde se dé la libre marcha del pensamiento que cultiva una actitud interrogante; donde el diálogo geste el saber, el descubrimiento y la invención, y no respuestas o soluciones dogmáticas, intolerantes y sin fundamento; donde gracias al conocimiento y a la interrogación se enseñe y se aprenda a pensar; donde se formen personas que tengan una disposición ética; donde en realidad se aprenda a ser ser humano mediante el reconocimiento de la propia vocación y el ejercicio de la libertad de acción y pensamiento que permita ejercer la responsabilidad sobre la propia vida y la vida de la comunidad de la que se forma parte. La libertad se da sólo cuando puede elegirse una forma de ser. Es la libertad, no como idea a la que se accede por el conocimiento, sino como convicción, como experiencia, la que une entendimiento y vida. Lo que inspira la filosofía de nuestra institución es el pensamiento de Sor Juana, la defensa de la libertad, la certeza de que sólo en libertad la vida humana se cumple, sólo en libertad el ser humano se vincula con el otro; sólo en libertad tienen las palabras sentido y la vocación humana se posibilita como deseo incesante. Por esta razón, para nuestra comunidad ser una persona universitaria no significa nada más pertenecer a una universidad, facultad o escuela; tampoco únicamente poseer saberes o herramientas en un campo de conocimiento o en otro. Para la Universidad del Claustro de Sor Juana ser un universitario bien formado implica una manera de ser que no corresponde únicamente a títulos o grados y se muestra por igual en conocimientos que en actos, en principios y convicciones. El ser universitario – desde la más plena convicción humanista – significa participar de la ciencia, pero también de la sapiencia; saber de técnica y tecnología, y desarrollar un sentido ético del trabajo, entendido éste como expresión del ser propio.

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